El reposo, el ayuno y la ingesta abundante de líquidos son las tres claves para aliviar infecciones gastrointestinales provocadas por E. coli o salmonellas
Es común leer o escuchar en las noticias sobre casos graves de gastroenteritis causados por la bacteria E. coli y esto recuerda la importancia y la necesidad de adecuar la dieta y los líquidos en caso de sufrir una infección gastrointestinal, sea bacteriana (E. coli, salmonellas...) o vírica (enterovirus).
El tratamiento dietético en todos los supuestos de gastroenteritis es sencillo: reposo, ayuno y abundante líquido, aunque no siempre resulta efectivo si la infección es más grave y precisa tratamiento médico. Los síntomas comunes en las infecciones gastrointestinales son náuseas repentinas, ganas de vomitar y diarrea, acompañadas de molestias estomacales, debilidad y malestar general y, en ocasiones, fiebre. Una dieta adecuada, astringente y sin fibra, junto con una buena hidratación mediante una mayor ingesta de bebidas isotónicas o de suero oral, alivia los síntomas y acelera la recuperación.
Reposo y dieta líquida
El reposo y una dieta líquida son las claves para que una gastroenteritis, que incluye que el conocido "síndrome de las 24 horas", remita. A menudo, no es necesario tomar medicamentos para superar la infección, salvo un analgésico si el dolor de cabeza es intenso y persiste o si sube la fiebre.
- Primer paso: dieta líquida. Conviene beber abundante líquido para ayudar a eliminar los gérmenes del cuerpo y, al mismo tiempo, prevenir la deshidratación. El agua con limón (hay a quien le resulta más agradable que el agua sola), las infusiones digestivas o relajantes (manzanilla, hinojo, melisa, tilo), los zumos de fruta sin pulpa, el suero oral o las bebidas isotónicas comerciales son opciones distintas para beber abundantes líquidos a lo largo del día. Si las náuseas y las molestias digestivas persisten, ayuda tomar pequeños sorbos de refresco de cola sin gas. Para superar una gastroenteritis, no es necesario tomar medicamentos
- Yogur probióticos. A medida que los vómitos o la diarrea cesan, se inicia la alimentación sólida con leches fermentadas descremadas con prebióticos las cuales ayudan a las defensas y el sistema digestivo. Los líquidos y los yogures y similares serán la base de la dieta durante las primeras 12-24 horas.
Prebióticos: Se denominan probióticos a aquellos microorganismos vivos (bacterias, hongos etc.) que administrados en cantidad y forma adecuada confieren un beneficio a la salud del individuo. Las especies más utilizadas son:
* Lactobacillus
* Bifidobacterium
* la levadura Saccharomyces boulard
* algunas especies de Escherichia coli y bacilli.
Pueden incorporarse a un amplio abanico de productos, tanto en alimentos como en medicamentos y suplementos dietéticos. Las formas más comunes para la administración de probióticos son los productos lácteos.
Los probióticos actúan a nivel del tubo digestivo estabilizando la composición de la flora bacteriana e incrementando la resistencia del organismo frente a los patógenos, y mejorando y activando las defensas.
Los probióticos producen efectos beneficiosos sobre la salud, pero estos efectos sólo se pueden atribuir a los probióticos específicos estudiados para una indicación concreta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario