miércoles, 1 de febrero de 2012

LAS PREFERENCIAS ALIMENTICIAS DEL CEREBRO

Al igual que usted, su cerebro tiene alimentos preferidos. Su alimentación constituye los bloques de construcción de todas sus células. Y su cerebro no es la excepción. Las proteínas contenidas en alimentos de origen animal, especialmente en el hígado y los mariscos, contribuyen con la regulación de la capacidad intelectual y del estado de ánimo. Algunos estudios demuestran que una dieta rica en carbohidratos (papas, arroz, harinas, leche, cereales) ayuda a calmar la ansiedad.

Una buena dieta debe incluir un aporte adecuado de minerales en virtud de los beneficios que éstos ofrecen al organismo. El calcio, por ejemplo, interviene en la transmisión de los impulsos nerviosos, el hierro influye en el rendimiento y en el transporte de oxígeno a las células, y el zinc parece estar relacionado con la actividad de los neurotransmisores.  

Para obtener calcio se debe ingerir leche y sus derivados, mientras que el hierro es posible encontrarlo en carnes, vísceras, legumbres y frutos secos. Las ostras, crustáceos, carne de cordero y las leguminosas son alimentos ricos en zinc. 

Todas las vitaminas del complejo B son cofactores del proceso de producción de neurotransmisores, específicamente la B1 (carne de cerdo y levadura de cerveza), B6 (melón, pollo y plátano) y la B12 (hígado, huevos y queso), esta última es muy importante para contrarrestar el estrés y fortalecer la agilidad intelectual. Por otro lado, otras investigaciones han demostrado que la vitamina C (cítricos, tomates, coliflor y pimientos) disminuye la posibilidad de sufrir cáncer cerebral ­sobre todo en la infancia­. En este caso, los fumadores deben aumentar su consumo de vitamina C, ya que un fumador medio reduce el nivel de ésta en 20 por ciento y un gran fumador, en 40 por ciento.

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