miércoles, 29 de febrero de 2012

ALTERNATIVAS SABROSAS PARA COMER GRASAS

Los ingredientes o productos grasos pueden incluirse en una dieta sana, solo hay que hacerlo en su medida justa y en su variable más saludable
  
Los productos grasos son calóricos y sabrosos. Ahora bien, dentro de la gama grasa puede optarse por la más saludable sin poner el peligro el equilibrio dietético. Si bien se tiende a pensar que la grasa engorda y que conviene limitar su consumo, esta afirmación es cierta solo en parte. Ni todas las grasas son iguales ni su presencia en la dieta debe ser la misma. Es más, algunas grasas pueden incluirse en una dieta sana, incluso grasas de capricho, solo hay que conocer su medida justa y su variable más sana. Pero puede no ser tan sencillo como parece: una investigación reciente sugiere que la percepción y la apreciación de la grasa de los alimentos se porta en los genes.

Todas las grasas coinciden en un factor: son insolubles en agua, pero a partir de ahí, las hay de mayor importancia nutricional, como sucede con los triglicéridos, los fosfolípidos y el colesterol.

- Menos del 10% de las carlorías de una dieta sana deben provenir de las grasas saturadas (carnes, vísceras y derivados como embutidos, patés, manteca, tocino, lácteos, nata y mantequilla, huevos y productos alimenticios que contengan los alimentos mencionados).
- Un 10-15% de las calorías diarias han de llegar de las grasas monoinsaturadas (aceite de oliva, el aguacate y las aceitunas) y
- un 7% de las grasas poliinsaturadas (aceites de girasol, maíz, soja), margarinas 100% vegetales, frutos secos grasos.

En definitiva, del 100% de calorías que componen una dieta equilibrada, el 30-35% han de llegar de las grasas, y el 65% restantes se ha de encontrar en los demás nutrientes energéticos (hidratos de carbono y proteínas).

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