miércoles, 8 de febrero de 2012

ALIMENTOS FORMADORES


Los Alimentos Formadores son llamados también constructores, porque son como los ladrillos en una casa: 
- Ayudan a formar y reparar los músculos, sangre, dientes y huesos de los niños.
- Contribuyen a la formación del niño o niña desde que se encuentran en el vientre de su madre. 
- Sirven para adquirir conocimiento, habilidades y un buen desarrollo. 

Incluyen a todos los alimentos de origen proteico y se dividen en cuatro subgrupos:
- Leche y derivados: leche, yogurt, queso (en sus distintas presentaciones, se excluyen la mantequilla y la crema de leche por ser fuentes que pertenecen al grupo de las grasas).
- Carnes (pollo, carne de res, pescado)
- Huevos (de gallina, de codorniz, de pata)
- Leguminosas (frijol, arveja, garbanzo, lentejas).

La leche y sus derivados son la principal fuente de calcio, también son ricos en proteínas, vitamina A, D, B y Riboflavina. 
La Riboflavina o vitamina B2, es necesaria para la integridad de la piel, las mucosas y por su actividad oxigenadora de la córnea para la buena visión. Su presencia se hace más necesaria cuanto más calorías incorpore la dieta. 
Su carencia genera trastornos oculares, bucales y cutáneos, cicatrización lenta y fatiga.

Esta vitamina no es almacenada por el organismo, por lo que el exceso de consumo se elimina por vía urinaria. Sus necesidades diarias son de 0,4 mg para niños y de 1,4 mg para adultos. 

Así mismo, las carnes, huevos, leguminosas y mezclas vegetales se caracterizan por su alto contenido de proteínas y niacina. La subclasificación se basa en el origen animal (carnes, vísceras, pescados, aves, huevos) y los otros de origen vegetal (leguminosas, fríjol, lenteja, habas, maní, soya y mezclas vegetales.

La niacina o vitamina B3 participa en la circulación sanguínea y en la cadena respiratoria. Interviene en el crecimiento, funcionamiento del sistema nervioso y el buen estado de la piel.

Su carencia produce alteraciones del sistema nervioso, trastornos digestivos, fatiga constante, problemas de piel, ulceras bucales, problemas en encías y/o lengua, y padecimiento de pelagra (problemas de piel ante exposición a la luz, inflamación de mucosas, diarrea y alteraciones psíquicas).

La deficiencia de niacina afecta a todas las células del cuerpo.

Los requerimientos diarios de niacina son de 6 a 12 mg para niños y de 12 a 18 mg para adultos.

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