Conoce los mitos o creencias
erróneas relacionadas con la actividad física.
Estos mitos sólo pueden acarrear
problemas desde el punto de vista de la salud, pues cada uno de ellos tiene una
acción directa o indirecta sobre sistemas funcionales.
Sus efectos que se establecen en
plazos diferentes según del que se trate. Así ciertos mitos tienen un potencial
negativo a corto plazo y sus efectos son evidentes durante y después de la
práctica inadecuada (por ejemplo los efectos de la deshidratación); por otro
lado, otra serie de mitos ofrecen efectos a medio y largo plazo, por lo que
quedan mediatizados por el paso del tiempo, ya que aparecen pasados un tiempo
considerablemente largo (por ejemplo el consumo excesivo de proteínas.).
Aquí enumeramos algunos de los más
comunes.
MITO 1: EL EJERCICIO SIRVE PARA
BAJAR DE PESO
La gente lo cree porque ve a los
deportistas, pero ellos trabajan varios kilómetros diarios y sí gastan
calorías. Pero la persona que no es capaz de mover su cuerpo durante 30 minutos
a una intensidad de 10
kilómetros por hora, no gasta calorías.
Uno quema una caloría por kilo de
peso por kilómetro. Es decir, si tú pesas 75 Kg., al recorrer un kilómetro gastas 75
calorías, que es la misma cantidad que se encuentra en una galleta. Para bajar
de peso, lo más eficiente es la restricción alimenticia.
El sedentarismo lleva a una mala
salud: “Cuando un médico te dice que no eres sedentario porque caminas tres
veces al día, es un error. En Inglaterra se realizó un estudio a 80 mil mujeres
y se concluyó que aquellas que no caminaron absolutamente nada y las que lo
hicieron dos a tres veces por semana pero a menos de 1km/hora, se enferman y
mueren igual. Es decir, el ejercicio requiere de una intensidad para estimular
a la biología para prevenir enfermedades. La receta “haz ejercicio” no basta.
La correlación es buena con condición física, no con la actividad física”.
La condición física del individuo ha mejorado en los últimos diez años: “Los test de esfuerzo que se hacían hace veinte años duraban doce o quince minutos; hoy no pasan de los siete minutos. Esa es una señal objetiva. En nuestro país se demuestra además por la gran cantidad de enfermedades que están relacionadas con la condición física. El músculo está intoxicado de grasa y azúcar porque no se lo utiliza y de ahí se generan todas las enfermedades modernas
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